lunes, 2 de febrero de 2009

La Vivienda Pehuenche

Considerando que cada cultura humana tiene su propia manera de existir sobre el planeta, las viviendas pehuenches ofrecen una tipología que ellos han creado para resistir el frío, el calor y la nieve de la cordillera. Los más citadinos piensan que son símbolo de pobreza, lo cual es un simplismo que nada tiene que ver con sus formas de vida en un paraje que no por es bello es menos hostil. Tal vez por eso es que un proyecto habitacional piloto del Serviu que hacia 1998 pretendía construir 300 viviendas para indígenas del Alto Bio Bío, con subsidio rural, además de financiamiento privado de fundaciones, haya hecho fracasar a dos constructoras de otras regiones que ganaron las licitaciones. 

Según la opinión del arquitecto Osvaldo Cáceres, sus diseñadores concentraron la vivienda en una sola planta poligonal, con un sistema constructivo basado en tablones unidos por pegamento, los que al poco tiempo se desunieron y arquearon. Además, los fuertes vientos cordilleranos desestabilizaron la casas y finalmente fueron abandonadas por los constructores y los eventuales residentes. Ahora, el Ministerio de la Vivienda decidió reformular este proyecto con nuevas ideas, ya que en los casos anteriores no se consideró la dureza del medio ni la cosmogonía de esta etnia. 

En un estudio realizado por Cáceres, éste sostiene que las viviendas de los pewenches manifiestan la influencia de los mapuches y de los indios de la Pampa argentina. Organizan su vida en el recinto destinado a la cocina-fogón, construida con grandes tablazones tanto en los muros como en las cubiertas, labrando estas últimas en forma de canoas (o "canogas") para el escurrimiento de las aguas lluvias y la nieve del invierno. La estructura interior es construida con rollizos horcones, en forma similar a la estructura de las viviendas de los indios pampas. 

Los pewenches desarrollan su vida en recintos separados, uno para la cocina- fogón, otro para el dormitorio y los demás para la bodega, el granero, los gallineros, los corrales. "Los diferentes bloques -señala Cáceres- están separados entre sí o unidos por ramadas, bajo las cuales realizan las funciones de comer, estar y trabajar durante el verano. En invierno, la vida diaria se concentra en la cocina-fogón, donde comen, descansan y trabajan. En su orientación habitualmente perpendicular, los bloques dejan espacios libres para los corrales, leñeras, W.C, lavaderos, gallineros". Son conceptos de vida que habría que considerar a la hora de construir, como Estado, viviendas con susbsidio destinadas a un medio tan especial como es la cordillera.

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